El tema del islam empezó a interesarme desde que estaba en el colegio, como parte de mi búsqueda personal de una fe a la cual adherirme. Me desilusionó el catolicismo, no terminaba de convencerme el cristianismo evangélico, así que llegué hasta la ortodoxia a través de páginas y blogs de internet. Quedé muy interesado, y me empecé a preguntar sobre cómo es que esa maravillosa cristiandad, repleta en su tiempo de monasterios y obispados por todo Oriente Medio y el norte de África, había quedado tan reducida. Por esas cosas del Destino, unos años antes había encontrado un ejemplar de la revista "Selecciones" donde se hablaba de la brutalidad con la que Constantinopla cayó en manos de los turcos y de las vejaciones a las que estos sometieron a sus habitantes cristianos. Y empecé a atar cabos.
Posteriormente, en 2006, conocí al imán (clérigo musulmán) de la mezquita de la ciudad de Tacna, un señor que le solía echar la culpa de todo a los cristianos, judíos y chiíes, mientras que presentaba a los musulmanes sunitas como las víctimas del mundo. Difundía su odio a través de un programa en la desaparecida Radio JR junto a un aymara converso al islam. Es así como decidí comprar un corán y darle unas buenas leídas, a la par que conocí algunos blogs ya desaparecidos que hablaban sobre "la islamización de Europa" a manos de los inmigrantes y conversos al islam. Después llegarían libros como la "Guía políticamente incorrecta del islam y las cruzadas" de Robert Spencer y "Más que un profeta" de los ex musulmanes hermanos Caner, y todo iba adquiriendo aún más sentido.
Debo decir que por lo anteriormente expuesto, sumado a mi natural inquietud por la Historia y las cuestiones demográficas, hace años que estaba convencido de que si Europa seguía con su actual rumbo, estas cosas podrían terminar pasando, aunque no creía que tan pronto. Más o menos estaba en la línea de la novela rusa "La mezquita de Notre Dame" que imaginaba una Francia islamizada para el 2048, a causa de la mayor natalidad de los musulmanes y las conversiones al islam; o de las supuestas profecías de Baba Vanga según las cuales Europa será dominada por el islam en 2043, pero no ahora, no tan pronto ni con tanta brutalidad.
Dicen que quienes olvidan su pasado están condenados a repetirlo y eso parece ser lo que le está pasando a Europa. El Imperio Romano cayó ante los bárbaros cuando su moral se relajó y perdió la confianza en sus antiguos dioses e instituciones, reemplazándolos por el culto al hombre y a los vicios, exactamente como ocurre ahora en Europa. La diferencia es que mientras en Roma, el cristianismo iba llenando el vacío que el relajamiento moral dejaba, en la Europa actual ese vacío se llena con los juguetes tecnológicos del momento, con fetiches sexuales, con supuestas "liberaciones" de la cintura para abajo, con la normalización de lo degenerado, con el aborto de las nuevas generaciones y con puro y simple ateísmo y pesimismo ante la vida. ¿Por qué será que Suecia y otros países "super avanzados, igualitarios y sin pobreza" son también los que tienen mayores tasas de suicidios? Personalmente creo que se debe a ese vacío interior dejado por la pérdida de la identidad cultural, desprecio de los valores y relativismo renegado del orgullo por lo propio. Es como cuando despiertas después de una grande y divertida borrachera sintiéndote más solo y vacío que nunca porque tanta superficialidad no te llena como persona.
La gran diferencia entre la actual crisis europea con aquella que enfrentó el Imperio Romano, es que mientras Roma era admirada y copiada por los bárbaros, que la reconocían como una cultura superior; la actual Europa no tiene nada atractivo que ofrecerle a los nuevos bárbaros del islam, quienes la ven simplemente como un continente envejecido y degradado, entregado a vicios a los que llaman "derechos y diversidad". Estos nuevos bárbaros no quieren convertirse a los "valores europeos" como hicieran los ostrogodos o visigodos con respecto al cristianismo romano, sino que quieren, directamente desaparecerlo y poner al islam en su lugar.
La actual Europa ha perdido la autoestima y admiración por el pasado glorioso, azotada por corrientes de autoodio de origen masónico que la acusan de ser la culpable de todos los males de la Humanidad actual y pasada. Se enseña a sus nuevas generaciones que las Cruzadas fueron un "crimen horrible", pero se les oculta que fueron la reacción ante un islam que ya había conquistado todo Medio Oriente y África con muertes y conversiones forzadas. Se les dice que el tráfico de esclavos negros fue un gran crimen europeo, pero se omite decir que quienes capturaban a esos negros y los vendían a españoles y portugueses, eran mercaderes musulmanes. Así, los europeos se averguenzan de lo suyo y pierden las ganas de luchar por defenderlo, llegando incluso al extremo de preferir defender a sus atacantes, como puede verse en los comentarios de muchos europeos que están preocupadísimos por la "islamofobia" que vaya a desencadenarse por estos atentados, en lugar de pedir vengar la muerte de tanta gente inocente asesinada en nombre del islam.
Europa reniega de la fe cristiana que le dió forma. Muchos alemanes quieren sentirse super progresistas y borrar sus traumas de autoculpa generados por el "Holocausto" pidiendo que les llenen el país con "refugiados" musulmanes, a la par que acusan de racistas a los gobiernos de Eslovaquia y Polonia por dar preferencia a refugiados cristianos. Esos cristianos que están siendo masacrados en Siria e Irak por correligionarios de los musulmanes que llegan a Europa presentándose como víctimas.
Con estas actitudes lo único que hacen es acelerar acontecimientos muy graves y dolorosos para Europa. Acontecimientos como los de ayer no se previenen con tonterías como cantar "La Marsellesa" o escribir "Pray for Paris" en una red social. Deben tomarse medidas más drásticas: Intervenciones en los barrios que han sido tomados por bandas y predicadores radicales musulmanes; reformar la educación y hacer énfasis en el orgullo por los valores y las tradiciones francesas; eliminar el relativismo del "todo da igual" y resaltar el papel del cristianismo y la laicidad como elementos cruciales en la historia francesa; limitar el número de mezquitas y tener sus prédicas bajo observación, etc.
Estos lamentables eventos no son obra de "lobos solitarios", como quisieron hacer creer con los asesinatos de Charlie Hebdo, sino que responden a labores de grupos terroristas organizados y capaces de hacer cinco o seis atentados simultáneamente sin que la Policía haya podido evitarlos. Golpearon el corazón de la libertad, la fraternidad y la igualdad, así como las cercanías de la Basílica de Saint Denis donde están enterrados los reyes franceses y corazón de la cristiandad francesa. Nada de eso es casual. La insanía musulmana es tal que quisieron asestar un golpe simbólico, además de mortal.
Solo queda esperar que Europa despierte. De momento, parece que algunos grupos empiezan a hacerlo lentamente, aunque son acusados de "islamófobos" y "racistas" (como si el islam fuera una raza y no hubiera conversos blancos al islam) por la propia gente cuyo futuro quieren proteger. Esperemos que, para empezar, los europeos tengan más hijos y reviertan la tasa de natalidad que les juega en contra y que críen a esos hijos con verdadero amor por lo suyo para que en una o dos generaciones Europa pueda volver a brillar como tantas veces en el pasado, en lugar de sumergirse en una nueva edad de oscurantismo, bastante peor que cualquiera de las anteriores que pueda haber experimentado.