Eterno verano.

Mostrando las entradas con la etiqueta por las geografías y rutas del perú. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta por las geografías y rutas del perú. Mostrar todas las entradas

martes, 13 de junio de 2017

Rutas del Desierto 2: Los petroglifos de Miculla (Tacna).

Fotos y viaje realizados en febrero de 2016.

Uno de los más interesantes y misteriosos sitios turísticos de la Región Tacna y de todo el sur peruano, son los petroglifos de Miculla. Ubicados en un terreno desértico perteneciente al distrito de Pachía y a alrededor de 1.000 metros sobre el nivel del mar, reflejan las creencias y la visión del mundo que tenían los antiguos pobladores de la región, en tiempo inmemorial.

Para llegar, debemos tomar una coaster (pequeño ómnibus) en la puerta del centro comercial "Tacna Centro" que da a la Avenida Leguía, en el centro de Tacna, y decirle al conductor que nos deje en el cruce de Miculla. Una vez ahí, deberemos caminar durante algunos pocos kilómetros por un desvío cuya señalización nos va indicando la cercanía del centro de información del sitio arqueológico.


No sé cuál será la situación de dicho centro en 2017, pero en mi visita de hace más de un año se trataba de una pequeña construcción en la que fueron reunidas algunas de las piedras más pequeñas, además de tener servicios higiénicos y algunos datos del lugar. Como cosa curiosa, les comento que existe una gigantografía donde se dice EXPLÍCITAMENTE que entre los grabados existen figuras de extraterrestres. Sí, como para que no te queden dudas.


A continuación, algunas imágenes para que se animen a visitar este enigmático lugar.



Puente colgante.







La inmensidad del desierto surperuano.
.



miércoles, 8 de marzo de 2017

Playa La Calichera y sus piscinas de agua dulce | PLAYA NO RECOMENDABLE EN INVIERNO.

IMPORTANTE (23/5/17): Un problema que afecta a las playas del Norte Chico en general, es la falta de seguridad. Aunque suelen ser bastante tranquilas en los meses de verano, se recomienda prudencia fuera de esa temporada, ya que al estar (en el caso de las playas entre Chancay y Chancayllo) alejadas de las zonas urbanas, se han producido robos. Ya había mencionado éste problema de falta de seguridad en un post de 2014 donde traté sobre otras playas de la zona: La Viña, Agua Dulce y Acapulco; y la noticia de un robo a mano armada en La Calichera ha sido difundido en redes hace unas horas. Esperemos que las autoridades de la zona tomen cartas en el asunto, por tratarse de un lugar con potencial turístico que, de ser bien aprovechado, traería beneficios para la comunidad local.
______________________________________________

Cuando hablamos de las playas del norte chico de Lima, la primera imagen que nos viene a la mente quizá pertenezca a las costas de Huacho o Barranca. Si somos más específicos y nos referimos a las playas de la provincia de Huaral, probablemente pensemos en la playa Chacra y Mar o en la del puerto de Chancay, pero no son muchos los que conocen las solitarias playas ubicadas entre el norte de la mencionada ciudad y la zona de Chancayllo, menos aún son los que conocen la playa de la que se ocupa este post.

Para llegar a las piscinas de la playa La Calichera tenemos que dirigirnos hasta Chancay, de donde tomaremos un taxi, mototaxi o colectivo que nos deje en el kilómetro 86 de la Panamericana Norte (solo 3 kilómetros al norte de la ciudad). Al otro lado de la pista veremos campos de cultivo, un paradero, un panel que indica "Los Laureles" y el marcador del mencionado kilómetro 86, desde donde empezaremos a caminar con dirección al mar, atravesando campos de col, pepino y otros productos. En la lejanía divisaremos una casa de adobe abandonada a medio construir y a su lado, casi escondida, encontraremos una pequeña bajada hacia la playa, con escaleras en no muy buen estado (se recomienda ir con zapatillas que tengan cierto agarre, para evitar malos ratos), al final de las cuales se encuentran la playa y las piscinas (o pozas) llenas de agua dulce proveniente de las filtraciones del acantilado. El agua es tan fresca y (aparentemente) libre de contaminantes que incluso pueden verse algunos diminutos pececillos o renacuajitos nadando alegremente cerca a las escaleras de la poza más grande.

La ruta anterior me fue proporcionada por un taxista chancayano al que le tomé una carrera a la salida del EcoTruly Park (otro lugar interesante y místico de Chancay), por considerar que es la más directa; si bien mencionó que la mayoría de personas prefiere caminar por la orilla del mar desde la cercana Playa La Viña, bastante más concurrida y que también dispone de una pequeña piscina de agua dulce procedente del acantilado.

Es necesario tener precaución: Si bien la poza más pequeña es apropiada para los niños por ser de escasa profundidad, la poza más grande tiene alrededor de 2 metros de fondo y no hay salvavidas en el lugar. Los bordes de la poza y las escaleras que descienden en ella son muy resbalosos, por lo que se recomienda caminar con sandalias que estén en buen estado y no correr. La poza más grande tiene un breve borde bajo el agua, pero éste se extiende por solo algunos centímetros, tras los que la caída es directa hasta los 2 metros ya mencionados, por lo cual muchos bañistas prefieren refrescarse sólo en los bordes.

Se paga una entrada de dos soles. El lugar me pareció francamente relajante y bonito. Y si no te gustan las pozas, puedes bañarte en las caídas de agua del acantilado o pasear por la playa. Altamente recomendado y, si bien solo estuve hasta poco antes de las 3pm, me han dicho que los atardeceres de verano son espectaculares.








jueves, 9 de junio de 2016

25 imágenes del Cementerio Presbítero Maestro.

El Presbítero Maestro fue el primer cementerio que tuvo la ciudad de Lima. Gracias a su construcción se dejó de lado la costumbre de enterrar a las personas debajo de las iglesias. Alberga tumbas y nichos desde inicios del siglo XIX de hombres, mujeres, niños y no nacidos. Uno puede encontrar las tumbas de personajes destacados de la época de la independencia, así como de religiosos y gente común, con interesantes epitafios y bellos mausoleos. Actualmente ya no se realizan entierros en su interior, siendo un museo.

1. Fotografía de madre con su niño/a fallecido/a, en el museo adjunto. Era costumbre hasta entrado el siglo XX tomar fotografías post mortem a los pequeños, generalmente con los brazos en actitud de entrega.


2. Entrada por lo alto.


3. Entierros de fetos, nacidos muertos y niños.


4. El Presbítero constituye uno de los últimos refugios dentro de la ciudad de los antiguos árboles que ocupaban el valle de Lima. He observado molles y taras, entre otros.


5. Gallinazos, los guardianes de la muerte.

6. Mausoleo vacío.


7. "Quiteño, declarado peruano de nacimiento por el Congreso. Modelo de padre de familia. Fue uno de los fundadores de la independencia americana".


8. Que nadie se atreva a juzgar: "Con la vara con que midieres, con esa serás medido".


9. Nichos de niños.


10. Epitafio en latín.


11. Visiones de la muerte: "Aquí acaban los sinsabores de la vida humana" / "Esperando la resurrección de la carne".


12. Una madre que dejó Chile y vino a Perú para acompañar a su hijo, y aquí falleció.
.
13. Conmovedor epitafio de quien falleciese tras una dolorosa enfermedad. Alguien dejó una flor en su memoria, a pesar de haber transcurrido más de siglo y medio de su muerte.
.
14. Damas caritativas.

15. Joven asesinado por serenos en 1862.

16. Esposa y madre de cinco hijos.

17. Pequeño vigilante.

18. Depósito de viejos ataúdes.

19. Después de una noche de garúa.

20. Nichos de religiosas.


21. Vida heroica.

22. Al centro, la tumba de Alfonso Ugarte.

23. Dando sombra al eterno descanso.

24. La fuerza de la vida abriéndose paso entre el concreto.


25. Cristo, la Vida esperándonos al otro lado del túnel.

Notas:

a) Las fotografías fueron tomadas el sábado 1 de agosto de 2015, un día particularmente solitario y sin visitantes, en medio del invierno limeño.

b) Para seleccionar estas fotos tomé en cuenta dos criterios:

1. Que no fueran de los monumentos o nichos más conocidos (de esas fotos está repleta internet).

2. Que mostraran la forma en que la vida (plantas, animales, representaciones artísticas esperanzadoras) surge en medio de un entorno tan aparentemente contradictorio como es un cementerio.

Espero que haya sido de vuestro interés y se animen a visitar este lugar tan histórico e interesante de nuestra bella Lima.

sábado, 14 de mayo de 2016

Visitando las playas de Chancay 2: Playa La Viña: Una década después.

(Escrito en el verano 2014).

Hace algunos días tuve una de esas típicas mañanas en las que me levanto sin saber qué me depararía el día. Estoy aburrido y entonces dejo que las cosas se vayan dando. El sol se muestra propicio para darse un baño en el mar y salgo a ver las playas más cercanas a mi casa. Todas llenas. Pregunto a una amiga por cómo están las playas cercanas a su casa (Ancón) y me dice lo mismo. Todas repletas.

Frente a esto surge la idea de ir hacia el sur, pero ya sé que San Bartolo y Punta Hermosa están con mucha gente y yo lo que quiero es pensar, relajarme, estar tranquilo sin que un chibolo me llene de arena al pasar corriendo a mi lado o cosas así. De modo que el sur quedó descartado y decidí ir al norte, más al norte de lo habitual y terminé en una playa a la que año tras año quise volver, pero que en realidad no veía desde la mitad de mi adolescencia, en la que fue muy significativa. Recordaba sus chorritos de agua, probablemente muy similares a los que hasta hace un siglo caían de los acantilados de la ahora reseca Costa Verde.

Sin más preámbulo, los dejo con algunas fotos de Playa La Viña, un lugar que siempre recordaré, aunque dudo que vuelva en el futuro cercano.

Camino de ingreso.






Una piscina super relajante y natural.


Agua dulce filtrándose por los acantilados.