Eterno verano.

domingo, 14 de febrero de 2016

¿Viene solo, joven?

Fue la pregunta que me hizo la amable señora del kiosko de Helados "El Chilcanito" mientras me daba uno de guanábana y maracuyá.


Bueno, este era de higo y aguaymanto, pero la idea es esa.

Desde adolescente he aprendido que se puede ser feliz estando solo o acompañado. Los momentos de soledad te proporcionan la tranquilidad necesaria para pensar, desarrollar tus ideas y encontrar soluciones a los problemas; y los momentos de compañía te brindan la ocasión de compartir todo ello y contrastarlo con las experiencias del resto. Además de tomar un par de chelas y enterarte del chisme del día, claro.

Casi siempre he tenido amigos y parejas con visiones distintas a la mía sobre cómo divertirse. Mi mejor amigo detesta ir a una disco porque es un tanto tímido y retraído y para él, estar en casa con videojuegos es la diversión plena, mientras a mí, esto último me parece triste y aburrido. Mi primo no acepta tomar unas chelas porque dice que "eso no es de Dios", pero eso sí, no sentía remordimientos morales por irse de putas hasta hace poco, cosa con la que yo no estaba de acuerdo. Paradojas de la vida.

No hace mucho solía recibir la llamada de dos amigas. Una siempre me pasaba la voz cuando estaba por el Centro de Lima y si yo no estaba disponible, prefería no venír a pasear por su barrio favorito en lugar de hacerlo sola. La otra no podía almorzar sin compañía porque "se sentía mal". Prefería quedarse de hambre en lugar de comer sola. Yo no me hago problemas con pasear o comer con diez, quince o ninguna persona a mi lado, pero para otros el hacerlo sin acompañante es algo extraño y cuando lo haces te ven como una rareza, como si algo andara mal en tí.

A mi enamorada no le gusta ir a Chilca o viajar. Tampoco le atrae el tema ovni, el diexismo, las cuestiones paranormales o la compra de libros antiguos. Cuando uno quiere/ama, sabe respetar las diferencias, ambos lo comprendemos y yo no dejo de hacer lo que me gusta. Aún así, hay gente que te ve raro si es que realizas algunas acciones solo o en otra compañía. Y se dan un conjunto de curiosas situaciones, propias de la gente de mente simple y estereotipada (o sea, el 99%):

- Si viajas/sales con tus amigas teniendo novia, eres un perro que quiere gilear con alguna de ellas o ya hasta tienes una relación paralela, seguramente. Pero si dejas de hacerlo "qué mal, deja a sus amigas de lado, nunca valoró su amistad".

- Si viajas/sales exclusivamente con amigos varones, seguramente se van a pendejear (si tienes novia) o es que "eres rarito" y ahí pasa algo (si es que estás solo).

- Si viajas/sales solo teniendo novia, "qué pena, seguro se pelearon o no se quieren". Y si dejas de hacerlo "qué mal, ya lo están dominando".

- Si viajas/sales sin compañía y, digamos, te sientas a pedir una hamburguesa o tiendes tu toalla en la arena mientras todos los demás están en parejitas o grupo de patas: "pobrecito ¿no se aburrirá? ¿no tendrá amigos? Es un forever alone, tengámosle pena".

Ante tanta estupidez te queda una única opción (si no quieres limitar tus salidas): Sal solo o acompañado y que te deje de importar lo que diga el resto (ya si se ponen muy jodidos, mándalos al carajo para que entiendan la idea).

Les cuento: A veces es preferible estar solo que en ciertas compañías como en mi reciente viaje al sur en que, a ratos, mi primo se ponía verdaderamente insufrible hablando de sus pastruladas mientras uno quería tener silencio para observar el paisaje y meditar.

Lo que me parece verdaderamente patético (a propósito del 14 de febrero: Día Mundial del Amor Artificial) es eso de estar publicando fotos multicolores con tu enamorada con la que recién llevas un mes, diciendo que la amas (?), cinco veces al día, como si al resto le importara tu vida íntima o como si tuvieras que demostrarles (y demostrarte) constantemente que al fin alguien te ama y le presta atención a tu patética existencia.

Y sí. Si lo digo es porque es un caso real.

Mensaje final: Nos hace falta descubrir la magia de estar con nosotros mismos y escuchar nuestra voz interior de vez en cuando. No depender es libertad.

2 comentarios:

  1. estimado !! mucha razón en lo que dices, muchas veces el mejor amigo de uno es uno mismo ya que en toda relación (ya sea de amistad o de pareja ) hay ciertas características o gustos que no se comparten, pero se toleran o uno se adapta a ellas, entonces para esos casos, para disfrutar plenamente de esos gustos es mejor estar solo, aparte que hay momentos en que se está bien estar solo ya que uno puede estar en esos momentos preciosos de introsprección, aquellos en los que podemos autoanalizarnos y crecer... claro que salir con los patas y tomar unas chelas es muy divertido, pero de vez en cuando es bueno estar solo.
    PD: no solo juego videojuegos, tmb veo animes, leo mangas y comics y así :p

    ResponderBorrar