Eterno verano.

sábado, 18 de octubre de 2014

Plaza 2 de Mayo o el síntoma de la enfermedad de las casonas.

Así era a inicios de 2013.
A las 09hrs de ayer aún seguían intentando extinguir lo que quedaba del fuego.
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En mi opinión, más que lamentarnos por el incendio del jueves en Plaza 2 de Mayo, deberíamos preguntarnos ¿qué está pasando en las casonas del Cercado, Rímac, Barranco y otros distritos históricos de Lima?

¿Cómo es posible que las tradicionales residencias que le dieron el título a Lima de "Patrimonio de la Humanidad" estén dejadas en el olvido por las autoridades? ¿Cómo es posible que estén ocupadas por imprentas clandestinas, prostíbulos, bares, totalmente tugurizadas o, en el peor de los casos, que sean derrumbadas para ser convertidas en playas de estacionamiento?

Un antecedente de esto fue lo ocurrido hace pocos años en el Callejón El Buque. Tras años de decadencia y terminar sin agua ni luz y haber sido despojado hasta de la madera de sus escaleras por los ladrones, se había convertido en una guardia de fumones. Uno de estos soltó la chispa que ocasionó el incendio que nos hizo perder una de las mayores joyas de Barrios Altos.
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Lo que quedaba de El Buque en noviembre de 2013.


Entrada de El Buque en noviembre de 2013.
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Similar situación se repite una y otra vez en todo el Cercado de Lima y nadie parece querer hacer algo al respecto. Es más, a veces tengo el suspicaz pensamiento de que es permitido a propósito por sus dueños (que en su mayoría, hace décadas que se fueron a Miraflores o San Isidro), ya que las autoridades podrían poner trabas a la demolición de estas casas y la posterior construcción de edificios, y una manera menos comprometida de lograrlo sería dejarlas languidecer, para luego venderlas como terreno a buen precio, excusándose en que están en peligro de inminente derrumbe.










Y también pasa en otros distritos como Barranco.



O Ancón.


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Aquí no estamos hablando de la importancia que tengan estas casas por su antigüedad (las casonas de Barranco y las construcciones de Plaza 2 de Mayo, tienen menos de un siglo) sino porque son la última muestra de una época en la que los seres humanos aún se preocupaban por amar la belleza y plasmarla en su lugar de residencia, por darle su verdadero lugar a lo estético como parte de una vida mucho menos ajetreada y estresante que la actual, en que las inmobiliarias extranjeras nos obligan a malvivir en pequeñas cajitas de 60 m2, sin alma ni identidad, indistinguibles la una de la otra, además de hechas con pésimos materiales que no están adecuados a la realidad de una ciudad costera y sísmica como Lima. En definitiva, estas casas nos recuerdan que una vida digna, tranquila y elegante fue alguna vez posible y quizá aún siga siendo posible en medio de esta metrópoli y en ello radica su inmenso valor.

2 comentarios:

  1. Yo lo que creo es que se deberia botar todo al piso y volver a construirlo igualito!
    la verdad es que la mayoria de casonas son un monton de ruinas! a quien le sirve eso? lugares tugurizados llenos de gente de mal vivir (la mayoria de las veces) o de gente que vive en condiciones infrahumanas.

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  2. Supongo pq no les dan el mantenimiento como corresponde..

    Saludos Fer..!!!

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