Eterno verano.

sábado, 11 de julio de 2015

La "música de alabanza", un estilo musical nacido en el Perú.

Cuando hablamos de música originada en el Perú, pensamos inmediatamente en el huayno, la música criolla, la música afroperuana, la marinera o la chicha. Pero, con ritmos sencillos y rápidos, con saltos ad maiorem Dei gloriam y letras de exaltación a la divinidad, hay un anónimo estilo musical que viene recorriendo buena parte de las iglesias evangélicas populares del interior del país y que, incluso, ya llegó a un par de países vecinos.


En sí, nadie sabe cómo se llama. No tiene un nombre definido y a nadie parece importarle darle uno. Hace meses envié un mensaje de texto a "Brillante 93.4" una radio pirata cristiana que emite este tipo de música en su programación preguntando "¿cuál es el género musical de estas canciones?" y la respuesta al aire fue "No entiendo hermano, son alabanzas".

Pero digan lo que digan, estamos frente a un estilo musical nuevo y particular. Aquí algunas de sus características:

- Así la canción tenga una letra esperanzadora y alegre, la voz tiene que ser lastimera.
- Si en el video no hay baile o saltos, no es.
- El instrumento que más resalta (o bueno, el único o casi único) es el teclado. No hay guitarras eléctricas como en la chicha ni arpa como en el huayno.
- No hay solistas, siempre son "Ministerios de alabanza" mixtos, si bien es más común que quienes canten sean varones.
- La canción no inicia de frente, sino que suele escucharse una voz en off que dice algo al estilo "El pueblo de Dios te clama oh Señor" o "El ministerio de alabanza y adoración tal" con una música de fondo tendiente a crear expectativa.
- La escenografía de los videos es, casi siempre, en un jardín o campo. La calidad de los videos suele ser pobre, aunque hay excepciones.
- La letra es repetitiva, no más de dos pequeñas estrofas y un coro que se repite una y otra vez. Esto posibilita que el mensaje sea claro y de fácil recordación. Muy adecuado.
- Nace dentro de iglesias evangélicas de tipo pentecostal de pequeñas denominaciones locales, principalmente en el área urbano marginal de las grandes ciudades como Lima Este, ciudades de la sierra o áreas semi-rurales. Aclaro que surge entre los pentecostales porque no me imagino a un bautista o un metodista cantando, bailando y saltando con esa vitalidad. Sin embargo, hay fundadas pruebas de que se inició, al menos en su forma original, en la AEMINPU (los Israelitas del Pacto Universal de Ataucusi) y que posteriormente fue adoptada por los evangélicos. Incluso algunas canciones también fueron versionadas. Como ejemplo, este exitazo:



En mi opinión, creo que este estilo musical es una muestra más del ingenio peruano que sabe cómo salirse con la suya cuando tratan de imponerle "normas" que lo limitan. Ante la prohibición de la música "mundana" por parte de muchos pastores fanatizados debido a su "mensaje pecaminoso", el pueblo evangélico no podía dejar reprimidos sus naturales deseos de cantar y bailar, así que fue naciendo un estilo musical con el que podían hacerlo sin sentirse culpables y sin que el pastor del barrio pueda decir nada. De hecho, ahora hasta se toca dentro de varias iglesias y con el auspicio de las mismas.

Independientemente de que uno concuerde o no con sus creencias o estilo, me parece algo digno de resaltarse como una prueba más de que el peruano es creativo y trata siempre de darle su toque personal a todo aquello que adopta. Quizá las iglesias protestantes están haciendo disminuir la asistencia a algunos bailes y celebraciones católicas, pero el pueblo creyente, de todas maneras, encontró un sustituto para demostrar su nueva fe.

3 comentarios:

  1. Y bueno, yo catalogaría esto como un surtido arroz con mango (Sí, justo así como esta escrito en lineas blancas de la descripción del blog), justo cercano a mi hogar hay un centro evangelistas, el cúal emite sonidos músicales todos los miércoles y viernes por las tardes, como prácticas para las catequesis de los sábados y misas de los domingos.
    Quizás no los citaría ahora si fuesen un poco mas afinados, pero no, no lo son, y eso es de poca importancia para los concurrentes quienes obnubilados por su fé son incapaces de distinguir ritmos y solistas armoniosos, solo buscan alabar sin importar la tonalidad ni la salud auditiva de los vecinos.
    FIN.

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  2. Nunca entendí la lógica de gritar. No hay necesidad de gritar y saltar como desesperados (aunque quizá lo estén). ¿Acaso Dios los va a escuchar más por hacer bulla? Dios vive en nuestro interior y prefiere el silencio.

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