Hace meses, en uno de mis recorridos por el Cercado de Lima, descubrí la casa de los gatos (cuadra 5 del jirón Tayacaja). Uno de ellos asomó su cabeza por entre los restos de lo que alguna vez fue una ventana, en medio de la basura y maulló, como quien quiere llamar la atención. Después de un rato regresé con algo de comida y esto ocasionó que cada vez que pasaba el pequeño hacía notar su presencia, e incluso, empezó a intentar seguirme.
Decidí llevarlo a casa de mi papá, no muy lejos de ahí. Pero como gato acostumbrado a la vida en la calle, se escapó y fue la vecina quien lo recibió (a medias, porque el gato va y viene a su antojo). Ahora está bastante más grande y se ha convertido en uno de los gatos "de toda la quinta", nuevamente sin dueño único y durmiendo en la casa o el techo que le place. Lo llamé Iker, por un conocido investigador español de los fenómenos paranormal y ovni del cual sigo casi religiosamente sus programas todas las semanas.
Después recogí a otro gato más, que igualmente se unió a los gatos de la quinta. Sea como sea, al menos aquí tienen más alimento y cuidado y no están expuestos al ataque de los perros callejeros de unas cuadras más allá ni tienen que dormir, literalmente, sobre basura e insectos.
Algunas veces por semana dejaba comida y agua en esa casa, hasta que un día ocurrió algo bastante lamentable: alguien dejó abandonados tres gatos cachorros que tendrían poco más de un mes y que en pocos días se llenaron de pulgas. Les dí de comer y procuré limpiarlos ya que en mi casa no quieren más gatos. Pero en una de esas noches, quizá motivados por el hambre, dos de ellos intentaron bajar de la ventana y al caer fueron atacados por los perros de la cuadra, quienes literalmente los devoraron. El sobreviviente fue adoptado por unos vecinos. Es lamentable que se decidieran a hacerlo recién después de la desgracia, pero así de imbéciles e indolentes somos los seres humanos.
Ahora sigo pasando y dejándole comida a la colonia de gatos, ya todos adultos y casi adultos (excepto un cachorro de aproximadamente cuatro meses) que, aunque no se dejan agarrar (son "salvajes", al fin y al cabo) por lo menos están medianamente bien alimentados y sanos. Eso es lo importante, sin embargo, sería conveniente que alguna asociación de defensa de los animales asuma su cuidado, defensa y (quizá) esterilización. Para empezar se podría intentar ingresar a los restos de la casa y botar toda la basura acumulada. No es una tarea agradable pero la salud de nuestros peludos amigos lo vale.
*Gatería: Junta o concurrencia de muchos gatos (según la RAE).
caray que paicencia tienes, no dispongo de mucho tiempo para tener una mascota , que paciencia la tuya y que buen corazon para ayudar un poco a esos gattios
ResponderBorrarYo tampoco tengo mucho tiempo, de hecho mi gata se tiene que quedar buena parte del día sola, pero nunca faltan unos minutos para intentar hacerle la vida más llevadera a los seres que no pueden ayudarse a sí mismos.
BorrarSaludos :)
Pongan un telefono para ayuda
ResponderBorrarHola, a unas cuadras de ahí vivimos mi padre y yo, pero tanto uno como otro estamos todo el día fuera por trabajo y/o estudios, así que dar números sería en vano. La dirección es Jirón Tayacaja 557 (referencia: Estación Ramón Castilla de las líneas A y C del Metropolitano, cerca al cruce con la avenida Emancipación y a media cuadra de la plaza Castilla). Es una casa que se derrumbó hace años (supongo que por la antiguedad) y está deshabitada. Los gatos viven adentro, pero en determinadas horas del día (sobre todo temprano en la mañana y en la noche) salen a la ventana esperando que les den comida, o salen por un hueco en la puerta a comer la basura que dejan los vecinos. Son un tanto huraños, así que es difícil agarrarlos, pero con comida pueden hacerlos salir. Gracias por su interés y espero puedan ayudarlos y si es posible, adoptarlos :D
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