Eterno verano.

martes, 16 de junio de 2015

El Club del Misterio.

Domingo 09hrs. Descendemos del bus que nos trajo desde el Cercado de Lima, pero en esta ocasión ni nos asomamos por la playa, sino que vamos directamente a la antigua casa (construida en la década de 1920 según la placa puesta por el arquitecto) en donde se desarrollará la amena conversación. Una más.

Mi tío se refiere a ello como "un reforzamiento de los temas que ya sabe y de los que no conoce a otros con quienes compartirlos". Tocamos la campanita de la puerta después de caminar por un pasadizo y subir por unas escaleras que conocieron tiempos mejores. Y es entonces, como si de un antiguo eremita se tratase, que emerge Honorio, el amigo de infancia de mi tío, vestido de forma ligeramente estrafalaria y acompañado únicamente por sus muchas pinturas, macetas de hierbas medicinales, libros que no deja que nadie más toque, muebles, piedras, trozos de coral, fotografías, amuletos de lejanas tierras...

Y es que la vida de Honorio ha sido de envidiar. Es como para que un niño exprese aquello de "cuando grande quisiera ser como usted". Conoce Egipto, Israel, Jordania, Grecia e Italia, pero admite que el lugar más misterioso en el que ha estado es la olvidada Marcahuasi. Conoció y debatió con rosacruces, teósofos, masones y contactados, y de todos aprendió algo. Si bien pertenece a una familia de holgada economía, huyó de esas comodidades para pasar sus años avanzados en una casa alquilada en un (por estos meses) tranquilo balneario del norte de Lima, entregado a la meditación, la pintura, la lectura y el vegetarianismo. Sobre este último punto es tan estricto que no admite ni siquiera que otros coman carne en su delante. "Cuando me visiten y vayamos al restaurante, todos comemos vegetariano, porque cuando veo a alguien comer carne me gana la cólera", dice a modo de yoguística advertencia. Y es que, por sobre todo, se dedica a dar clases de yoga y atempera con ello, su fuerte carácter.

"¿Qué novedades traen?", es una de sus frases favoritas al saludar. Pasamos a la casa. Sacamos un par de libros. Mi tío, uno de astrología, y yo, uno que recientemente adquirí sobre el plano astral. Honorio corresponde a nuestra curiosidad con un libro en francés de Jacques Valleé, mítico investigador del fenómeno ovni, quizá el mayor que ha producido el país galo.

Y las conversaciones van girando sobre distintos temas. No sabemos cómo pero empezamos a hablar sobre el tesoro de Catalina Huanca y Honorio nos cuenta que en los 90s escaló uno de los cerros de El Agustino junto a unos conocidos y llegaron a unas cuevas que se bifurcaban sin fondo conocido. Salieron corriendo porque unos delincuentes las utilizaban como fumadero. También nos contó sobre la ocasión en que se perdió en Marcahuasi y un extraño "hombre" de piel blanca como la leche lo devolvió al camino y cuando se volvió a agradecerle, había desaparecido.

Tanto él como mi tío Nelson han sido "perseguidos" por el misterio desde que estaban en el colegio. Mi tío encontró un libro rosacruz sobre un montón de desmonte una tarde en que regresaba de estudiar y allí nació todo. Honorio se metió de curioso a su colegio un día en que no había clases y presenció una aparición, empezando ahí la peculiar carrera de investigación que hasta ahora lo guía en la vida.

"Nos nace investigar y es lo que siempre hacemos, la información nos encuentra y somos conscientes de que a muchos otros no", sentencia mientras saca una extraña botella tapada con un corcho y una tela, a la antigua. Ni él sabe las condiciones del contenido. Solo recuerda que hace 15 años preparó vino y le echó trozos de madera de la selva y que allí estuvo reposando a la espera de una ocasión especial. El contenido era delicioso: como tomar madera líquida y muy aromática.

Posteriormente nos sirvió una mezcla de miel con distintas hierbas medicinales que cultiva. No nos dijo el contenido pues dijo que quería que lo adivináramos. También contenía alcohol. Y es que eso no va en contra de ser vegetariano.

No sabemos cómo, pero una vez más terminamos hablando de que Santa Rosa de Lima era una esquizofrénica, que San Martín de Porres quizá conocía algo de magia africana por la forma en que curaba a los enfermos utilizando el romero, que los Hare Krishna son unos tergiversadores, que Lobsang Rampa era un timador, que aquella noche en que salía de una conferencia en un conocido hospital presenció lo que parecía un espíritu de la naturaleza...

Conversamos sobre los fantasmas de la casa de mi tío. Que si sería un monje de la colonia o de origen prehispánico. Lo cierto es que empezó a oscurecer y ya nos teníamos que ir, pero todos quedamos muy conformes con la conversación. Una vez más.

A muchos les parece raro que tenga conversaciones de tú a tú con personas tan mayores (ambos pasan los 60), pero a mí me hace sentir afortunado. Y no, no es que tenga una particular empatía hacia los adultos mayores: de hecho, ellos son los únicos con los que me pasa. En cierto modo me ven como un futuro depositario de muchas de las cosas que sobre los temas "del misterio" (espiritualidad, esoterismo, paranormal, ovni, etc) han ido conociendo durante su vida. Sienten que están "en la etapa en que tienen que divulgar lo aprendido", en palabras de mi tío, y yo los escucho atentamente y también los hago partícipes de mis ideas y conclusiones. Y todos aprendemos algo nuevo.

Salud por eso.

2 comentarios:

  1. Primero felicitar el cambio de Soundtrack :), no es que me disgustaran los Mojarras, pero soy de andar siempre con Youtube de fondo, y cuando abría su blog terminaba pegando el brinco a punta de riffs eléctricos xD.

    Demás está decir que hasta siento un poco de envidia que pueda llegar a ese grado de entendimiento con gente sabia. Como dicen por allí: "un genio puede ser joven o viejo, pero un sabio, oh un sabio siempre tendrá canas", entonces es ud. afortunado.
    Saludos y buenas vibras.

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    1. No me trates de usted, por favor. Recién tengo 28 años :) Ellos son una rara avis entre mis amistades, ya que son mucho mayores, pero hay empatía porque nos gustan los mismos temas. Los considero como mis maestros, aunque a veces diferimos en algunos puntos de vista como es entendible dada la brecha generacional.

      Saludos y también muchas buenas vibras.

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