Vivimos en una época en la que todo se deconstruye (?) y en la que te dicen que puedes ser lo que quieras. O mejor dicho, lo que te creas, no importa que las apariencias exteriores digan lo contrario. Ya lo decía yo hace menos de un año, que todo esto terminaría desembocando en que alguien se creería pony y pediría que lo monten para no sentirse discriminado. Fallé por poco, ahora salió la noticia de un inglés que decidió tomarse unas "vacaciones de humanidad" (como si ser humano le pareciera una carga) y vivir como cabra. Esto no pasaría de ser una excentricidad sino fuera porque hasta se hizo un "tratamiento" médico para dañar temporalmente parte de su cerebro y no poder hablar.
O sea, digo yo, hay quienes joroban a los católicos por tener sus "retiros de silencio" pero a este pata lo ven muy normal y dicen que "no lo critiquen porque no hace daño a nadie". ¿A dónde vamos a llegar con tanta contradicción?
¿Qué clase de médico accedería a hacer un "tratamiento" de esa índole? ¿No se supone que juraron no dañar y buscar siempre el bien y la salud? Esto confirma una vez más que la medicina se ha vuelto un simple negocio, algo así como las caritas pintadas o las hamburguesas.
Me parece preocupante que cada vez más gente diga cosas como "Los seres humanos somos el cáncer del planeta". Eso no es más que autoodio. Se entiende que hay gente podrida pero también gente luminosa, no metan a todos en el mismo saco. En todo caso, los que piensan así son los que hacen daño con su estupidez y deberían estar en un centro psiquiátrico o extirparse como tumores y suicidarse, para que sean consecuentes con su estúpido pensamiento y dejen de quitarle oxígeno a Gaia.
Yo, por mi parte, nunca podría ser una cabra. Me repugna la idea de los cuernos. El único animal que admiro es el gato, es un ser místico, independiente y según algunos, extraterrestre. Pero ser gato debe ser una vaina: tienes espinas en el miembro y las gatas te corretean después del acto para acabar con tu vida. Lo he visto en vivo: hay una gata en el Jirón Ica que comete violencia de género contra un gato cada que lo ve y lo ha dejado todo chuzeado al pobre por el único delito de hacerle caso cuando está en celo. Cualquier parecido con algunos humanos es pura coincidencia.
Sea como sea, hubo una noche de Año Nuevo (la de 2013) en que con unos amigos decidimos sacar nuestro animal interior. Es así como nos pusimos máscaras de gato, gallo y perro y salimos a que en las calles de Huaraz nos vean como patas muy divertidos, o como una suerte de psicópatas en búsqueda de víctimas. Hasta nos metimos a una disco y fuimos la sensación.
Para que vean que cuando les digo que querer tomarse "vacaciones de humanidad" es una estupidez, no lo digo desde fuera, sino que ya lo he vivido. Pero nada de ponerse prótesis. Esas sí son huevadas.