Eterno verano.

jueves, 9 de enero de 2014

Conversaciones de verano en Playa Kakita.

Foto idílica, casi de postal, de Playa Villa.
Playa Kakita es un lugar escondido, tranquilo, pero definitivamente no es el lugar al que tú llevarías a veranear (y menos a pescar o sumergirse en el agua) a tu enamorada (al menos no si quieres que tu relación siga mejorando cada día). Es una playa olvidada, pero que conoció tiempos mejores, hasta que un día alguna autoridad decidió que era momento de elegir un lugar donde botar los desechos de la ciudad y lo echó a suertes (Ella Baila Sola style) y la cagó grandemente (literalmente) porque la elegida fue la playa situada a la espalda del Morro Solar (Playa La Chira) y contigua a la playa cuyas imágenes adornan este post. Sí, a la espalda de ese cerro que todas las noches ilumina con su cruz a los pecadores de la Costa Verde. Y así fue como, por ironías de la vida, lo profano empezó a derramarse a espaldas de lo sagrado.

La primera vez que fuí a Playa Villa (que esa es su gracia), acudí con cierto prejuicio por lo arriba mencionado. No, no he ido a bañarme. Pero sí he acudido a sentarme en sus cercanías mientras converso con una buena amiga cuya residencia con vista al mar, está situada a escasos metros del lugar. "Vamos a conversar de la vida a la playa de por mi casa" me dijo por primera vez en una tarde de 2012 y desde entonces hemos ido varias veces. La más reciente fue justamente hoy.

Alguien la pasó muy bien en Año Nuevo y olvidó llevarse su basura.
Y es que Playa Kakita (el nombre que le pusimos en un momento de gran inspiración) es un lugar donde la limpieza la efectúa el mismo mar... y bueno, tampoco es tan limpio. De hecho, junto a la vecina Playa La Encantada, son dos de las pocas playas de Lima Metropolitana que casi siempre están calificadas como "No saludables". Sobre la arena es fácil divisar algunos restos de pirotécnicos de las pasadas fiestas navideñas junto a restos de botellas, zapatos y demás. Según mi amiga, en uno de los extremos siempre llegan camiones a botar desmonte. Pero aún así, pueden verse en la playa varias personas, haciendo ejercicios, corriendo o conversando, mientras las gaviotas pasan siempre en grandes bandadas casi a ras del mar, zambulléndose cuando divisan algo interesante para comer. Por algún motivo no muy difícil de adivinar, dudo seriamente que aquello que buscan con tanto interés sean peces.

Bandadas de gaviotas y nubes bajo las cuales el Sol vuelve a salir un rato, antes de despedirse de nosotros.
Frente a la playa pueden verse un par de pequeños edificios que algún visionario (?) decidió construir pensando que serían un éxito en ventas. ¿Quién no va a querer vivir frente al mar y disfrutar siempre de su fresco aroma? Pero la visión se le extinguió rápidamente, porque los departamentos están ahí, en su mayoría deshabitados. Un guardián cuida por las noches el desolado malecón, mientras de vez en cuando uno o dos barcos son visibles en el horizonte. Así sea verano, es posible que en las noches se sienta el aire frío, ya que su peculiar ubicación a espaldas del Morro Solar origina que la brisa marina sea un poco más notoria que en una playa de Barranco, por ejemplo.

Ya te dieron ganas de ir, lo sé.
Aún así, me cuentan que apenas cae la oscuridad se estacionan algunos carros, aprovechando lo caleta del lugar, y empiezan a moverse solos, agregándole un toque paranormal al ya fantasmal paisaje nocturno de la playa desolada.

Ok, van a esa playa a tirar.

Atardeceres de verano sobre el cristalino mar de Playa Kakita.
En fin, el cordón playero de Playa Kakita (La Chira, Villa y La Encantada, para los entendidos) es uno de esos lugares, digamos, "anómalos" para visitar, pero no corres mayor peligro mientras no te sumerjas en sus aguas (a pesar de que el colector ya no funciona, por lo que me dijeron, pero ya tú sabes, "donde hubo fuego cenizas quedan", y donde hubo guano...). Si permaneces en la orilla puedes observar algunas bonitas puestas de sol, sin miedo a que un "vendedor de Hortelas" te obligue a colaborarle o que un vendedor de caramelos con globos a modo de tetas te malogre el feeling o que haya harta gente y no te dejen concentrarte en tus pensamientos. Mi amiga me dice que ella sí se bañó ahí, varias veces, pero que no hay problema si sólo es en la orilla. La miré y alternativamente miré el mar en el momento justo en que una ola llegaba a la orilla con un muy curioso color marrón verdoso. "Esta playa es la cagada", le dije, como quien halaga el lugar mientras una gaviota pasaba sobre nosotros con un vuelo rápido, característica innegable de las aves marinas que tienen la barriga llena y el corazón contento.

1 comentario:

  1. Jajaja que lugares tan curioso para pasear! Gracias por avisar prometo no poner un pie por ahí! Hace unos días vi un documental en canal 6 y hablaban de esas playas y de lo útil que será tener una planta de tratamiento para evitar justamente lo que está sucediendo, pero claro el factor limitante es nuestro presupuesto, parece que es más importante espiarnos a tener agua limpia y no contaminar nuestras playas!

    ResponderBorrar