Eterno verano.

lunes, 6 de enero de 2014

La discriminación en Ancón y sus "playas privadas".

Era un domingo como cualquier otro en Ancón (5/1/2014) y quien esto escribe y una gentita activada nos disponíamos a disfrutar del sol, la playa y la arena. Habíamos llegado desde Barranco y Miraflores, huyendo de la niebla y buscando un poco de sol "norteño". No pusimos nuestras toallas en la zona principal, porque estaba repleta, y nos alejamos un poco más, hacia la playa que está al otro lado del Casino Náutico. Siempre se puede pasar allí (siempre lo hago) ya sea por las escaleras desde el malecón o por la abertura que existe debajo del "puente" del casino. Pero fue entonces que nos encontramos con un tipo vestido de rojo, que nos dijo que no podíamos ingresar porque esa "es una playa privada" y que si queríamos hacerlo debíamos ir por las escaleras y no a esa sino a otra parte de la playa.

El tipo.
Bajamos por las escaleras y lo primero que nos llamó la atención fue una señora que con un chaleco que decía "Asociación de Veraneantes AVEPLATA" (irónico que una asociación de veraneantes impida el ingreso... ¡de veraneantes!) interceptaba a quienes pasaban diciéndoles que vayan "hacia la derecha, porque a la izquierda es playa privada". Pero el "hacia la derecha" era relativo. No podías ir muy "hacia la derecha" porque más allá unos tipos vestidos con el mismo polo rojo que el fulano que mencioné al comienzo, estaban poniendo una red a lo largo de la playa a modo de separación, diciendo que esa parte de la playa también era privada. Es decir que solo quedaba una estrecha franja al medio con ingreso libre, quizá para no ser muy rochosos y guardar las apariencias en ese distrito que ya hace unos años saltó a las noticias porque sus últimos vecinos pitucos habían querido cerrar la playa para "separarse de los que no son como ellos". A consecuencia de ello, la municipalidad llenó las calles con anuncios que decían que "en Ancón las playas son públicas y no se admite discriminación", pero por supuesto, eso solo queda en letra muerta.

Colocando la red.


Vigilando que nadie más pase hacia la parte de la playa donde los pitucos en decadencia ponen sus toldos.


Asegurando la red para separar a los unos de los otros.


"Asociación de Veraneantes AVEPLATA".


La red, desde otro ángulo.

Mi amiga preguntándole a los serenos de Ancón, "encargados de velar que las playas sean de todos".
Finalmente mi amiga (que también es blogger, pero mantendré su identidad en reserva) se acercó a preguntarle a los serenos de Ancón, que observaban tranquilamente los acontecimientos. Y la respuesta fue:

- "No, señorita esto no es playa privada, seguro están cerrando para jugar un partidito, es un ratito nomás. Las playas son públicas".

Eso era falso, porque llegamos a las 10am y a las 5pm seguían impidiendo el paso. Pero igual, el sereno (seguramente con miedo de perder su chamba si se enfrentaba a los últimos pitucos de Ancón) respondía a todo con una sonrisa estúpida y diciendo "Eso es imposible, las playas son públicas".

Señor sereno, que le den por cobarde. Y a usted también, alcalde John Barrera. Y a todos esos pitucos misios que intentan replicar en pequeño en Ancón, lo que sus amigos más pudientes hacen en Asia con sus kilómetros de playas sin acceso para quienes "no sean residentes".

Y si no creías que en Ancón existen playas privadas, pínchame este enlace: Playa privada Neptuno.

2 comentarios:

  1. Personalmente no me gusta las playas. Pero me parece mal que las autoridades se presten para los caprichos de ese tipo de personas. Deberías ver la manera de hacer una queja en una institución u organismo :S, graba las conversaciones cuelga a youtube y comparte al toque se hace viral.

    ResponderBorrar
  2. la diferencia entre una playa privada y una pública es que la pública termina como un chiquero. Lamentable esa es la verdad digan lo que digan. Está mal que cierren las playas y no dejen entrar a la gente, pero apuesto lo que quieras que si entra la gente, termina lleno de basura.

    ResponderBorrar