Eterno verano.

lunes, 27 de enero de 2014

El Fallo de La Haya. Ganó Chile. Ganó Lima. Perdió Tacna.

Y después del fallo, las opiniones están divididas.



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La Corte de La Haya intentó ser equitativa como en los otros casos que resolvió y "nunca quedar mal con nadie", pero en este caso y a pesar de que las mentes simples dicen que "ganamos" porque el Perú obtuvo el 60% de la zona marítima en disputa, a mí, como descendiente de tacneños, me sabe a derrota.

Derrota porque no era una zona de nadie, le correspondía desde siempre al Perú, si bien en las últimas décadas estaba ocupada por Chile, ya que debido al desinterés del gobierno central y al temor que les causa la superioridad del armamento chileno, había sido dejada a su suerte. En sí, es la vieja historia nuevamente repetida: Bolivia perdió Antofagasta porque en cierto momento el número de chilenos en esa región superó al de bolivianos por lo que para la guerra de 1879 ese territorio era un caso perdido. Que después se hayan puesto a llorar es otra cosa, pero en el fondo es lo mismo, con Chile no se puede bajar la guardia en las fronteras porque si no...

La gente se lo está tomando con la misma simpleza e inmadurez que si se tratara de un partido de fútbol. Es muy fácil pensar así cuando vives en Lima o Trujillo y tu sustento no está comprometido. No se puede decir lo mismo de los pescadores artesanales tacneños que en este momento deben sentirse traicionados y nuevamente vejados. Los mapas muestran que desde Sama hasta la línea que Chile reclama como límite y que La Haya ha ratificado, hay solo 20 millas de mar. Y Sama no es la parte más al sur de Tacna. Desde lugares como Los Palos o Santa Rosa, el mar no ha de tener ni una milla y todo lo que se vea en el horizonte es mar territorial chileno. Puesto que es muy difícil navegar calculando líneas rectas imaginarias tan cercanas a la costa, estoy totalmente seguro de que aumentarán los casos de pescadores peruanos y embarcaciones detenidas en Arica con la excusa de haber sido encontradas en mar chileno y ahora sí, con el sello de la decisión de una corte internacional.

El principal motivo por el que Chile no quería perder el mar que usurpa es por sus recursos: la anchoveta y otras especies son más abundantes ahí que en áreas circundantes y no se encuentran más allá de las 80 millas de la costa, 80 millas que justamente quedan dentro del nuevo mar asignado a Chile. Lo restante corresponderá a Perú, pero está fuera del alcance de los pescadores artesanales y de la mayoría de las embarcaciones peruanas y si es explotado seguramente será por los empresarios chinos a los que tan amistosamente los últimos gobiernos han regalado nuestro mar. Y reafirmando: es una zona con menos recursos que pasado el revuelo volverá a ser olvidada por el gobierno, así como en el siglo XIX se olvidaron de Acre y Brasil lo colonizó, o se olvidaron de la selva norte y Colombia y Ecuador lo tuvieron muy en cuenta.

Poco más que decir, solo que el Perú no aprende de sus errores y que una vez más se ha salvado las "buenas relaciones internacionales" (léase: las relaciones entre las ricas familias empresariales) sacrificando el sustento de los pescadores que son mucho más peruanos que esos hijos de extranjeros. Qué le interesará esto a los abogados peruanos en La Haya o a los pálidos jueces belgas si ellos nunca han sabido lo que es la pobreza...

Por cierto, al habérsele dado la razón a Chile en que la línea parte del Hito 1 y no del punto de La Concordia (tesis peruana), el Perú tendrá sus metros más sureños como una "costa seca", un pequeño territorio donde se dará el absurdo de que la playa será peruana pero el mar será chileno.

Y mientras tanto, Humala diciendo que "El Perú se siente complacido". Habla por tí, huevón.

Anexo:

Mientras tanto en Lima...

De los creadores de "No embanderes tu casa porque Chile se molesta", surge "No importan los límites, comamos porotos y relax ¿manyas?".
Y paralelamente en Arica...

Los chilenos nos demuestran que también creen en la "hermandad" basada en el arroz con pollo.

viernes, 24 de enero de 2014

¡Nos vamos de zampamento!

¡Somos criollos y la hacemos con cajón! (el musical, no el de chelas).
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Fue allá por quinto de secundaria cuando se pusieron de moda los zampamentos.

El nombre fue inventado por "cabeza-de-zapallo", uno de los típicos adolescentes bacancitos al que después la vida le demostró que habían otros mucho más bacanes que él.

Etimológicamente el término viene del peruanismo "zampado" (borracho) y campamento: dícese de la reunión junto al río o junto al mar, donde los asistentes toman a la naturaleza como pretexto para múltiples actividades, desde orar hasta contribuir al aumento de la población.

Consistían en reuniones los fines de semana, en alguna playa del sur de la capital, con las flacas de los colegios cercanos. Digamos que para la época la mayoría de nuestras familias eran bastante permisivas (ahora los chibolos se pueden dar el lujo de decir "vieja, me quito y no me esperen", pero hace diez años no era tan fácil) y como ya el cole se acababa, los viejos pensaban "que vayan, total es mejor que mantengan a sus amigos del colegio a que se unan a cualquier pandilla de forajidos en la universidad".

Nos presentaban al mundo fuera del colegio como una experiencia hostil y no fue así. A mis mejores amigos los conocí en mi primera universidad ¿y los del cole? no sé ni me importa. Y tampoco eran tan tranquilos. Al menos un par de ellos estaban metidos en "pandillas deportivas" y otro pirañeaba por San Genaro.

De los zampamentos de secundaria no tengo mucho que decir. Solo participé en uno y fuí testigo de cómo varios se emborrachaban cual si de un ritual se tratase para demostrarle al mundo que habían alcanzado la edad de la hombría. De ahí acababan tan zampados que no podían hacer otra cosa que dormir, mientras las flacas estaban más sanas y esperaban algo más. Al día siguiente aparecían las fotos con la cara pintada o con condones inflados puestos a modo de tetas. Pero eso sí, todos hacían el juramento de que al regreso a la ciudad dirían a los demás que habían campeonado con las flacas y serían el éxito de sus barrios.

Años después asistí a un zampamento por Año Nuevo. Ese sí fue extremo. Una de las flacas cometió el error de beber sin decirnos que estaba medicándose, así que el trago se le subió al toque y empezó a hacer tonterías; una de ellas fue intentar dos veces meterse al mar a las 2am y, como les dije, ebria. Al tercer intento no había nadie lo suficientemente sobrio como para intentar sacarla, excepto yo, que fuí, la saqué a pesar de no saber nadar (eso debe estar en el Top 10 de mis más grandes hazañas 2000-2010) y no sé cómo la llevé hasta su carpa para que no lo vuelva a intentar. Me quedé durmiendo con ella, pero unas horas después me despertó para darme el agradecimiento por haberla salvado.

Y es que en el mar, la vida es más sabrosa :3

Otro de los zampamentos bravos fue el que tuve en el verano de 2011 en la playa Hornillos de Huacho. Teníamos botellas de ron, pero poca gaseosa, así que al final terminamos tomándolo puro. No sé cómo llegué hasta Plaza Norte y solo recuerdo que le compré una Coca Cola a una tía que vende afuera, le pagué con 10 soles y no me dió el vuelto. Ratera hdp.

La imagen que acompaña estas líneas corresponde a un campamento de hace poco y al que no le corresponde el nombre de "zampamento" porque fue tranquilo: nos quedamos dormidos a las 6am pero de cansados de tanto conversar. En sí, recuperé el verdadero sentido del campamento: compartir experiencias junto al fuego, recordar anécdotas, hacer juegos y conocerse más. Fue una bonita noche, además que, por cierto, estoy camino a volverme abstemio.

Al día siguiente fuí a Chancay y pasaron varias cosas, desde un arcoiris hasta un robo, pero esa ya es otra historia.

martes, 21 de enero de 2014

Los confines de Lima Metropolitana: La quebrada de Media Luna.

Desde lo alto del cerro puede observarse cómo gran parte de la quebrada de Media Luna se encuentra lotizada y en venta.
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Cuando era niño mi familia no era de ir más allá de Barranco, Jesús María o San Borja. Algunas veces íbamos a una propiedad que teníamos en Zárate y eso ya se nos hacía muy lejano. Me enseñaron a ver al Cercado de Lima como un lugar peligroso, y quizá lo era en ese tiempo (mitad de los 90s) y quizá lo siga siendo ahora, solo que ya me acostumbré. Lo cierto es que más allá de esos lugares, Lima era para mí, una incógnita.

A los 13 años empecé a tener pequeñas escapadas en las que me iba a conocer la ciudad. Dejándome llevar por los micros conocí un poco de Comas y San Juan de Lurigancho. En esos tiempos no me importaba nada, como es típico de la temeridad adolescente; ahora dudaría de volver a algunos de esos sitios, y si lo hiciera, no  iría solo o no llevaría celular. Cuando tenía 16 años fuí a mi fiesta más lejana de ese entonces: el cumpleaños de una amiga en el límite entre San Juan de Miraflores y Villa El Salvador. Se me hizo todo un acontecimiento y fue algo tan nuevo, que yo y mis amigos (que tampoco solían ir por esos lugares) nos tomamos una foto muy alegres en el Puente Alipio, que nos parecía algo así como el límite de la realidad. Ahora que voy a cada rato a San Bartolo y Chilca me doy cuenta de lo ridículo que fue eso.

Más recientemente conocí Ancón y también el AAHH Villas de Ancón, que según un diario local es el límite norte de Lima Metropolitana. Por trabajos de campo de mi anterior carrera estuve en las zonas rurales del valle medio de Lurín y también en la zona rural de Carabayllo (límite con la provincia de Canta) y en Ricardo Palma (distrito huarochirano que tiene continuidad urbana con el limeño Lurigancho-Chosica) y así podía presumir de haber estado en todos los confines de Lima.

Pero había olvidado uno muy importante: el límite noreste, saliendo de San Juan de Lurigancho.

Es así como al recibir la invitación de mi amigo Víctor (que antes tenía un blog de temática hotelera) no lo dudé: iríamos al Cerro Colorado, el cerro más alto de Lima Metropolitana, en el límite con el anexo 22 de Jicamarca, en Huarochirí. Y aquí debo hacer una salvedad: hay un conflicto de límites pendiente y mientras los pobladores del anexo 22 dicen pertenecer a Huarochirí; en San Juan de Lurigancho dicen que ese territorio les pertenece. Desde hace un tiempo parece que la balanza se inclina a favor de los huarochiranos y de ser así tendríamos que la Gran Lima ya no solo abarca partes de las provincias de Lima y Callao, sino que alcanza zonas de Huarochirí con las que hay continuidad urbana.

Fuimos con un grupo de personas conocidas por Víctor y la misión era escalar el cerro de 2.200 metros ubicado al fondo de la quebrada de Media Luna. El paisaje desértico se mostraba desolado y en su parte más alejada totalmente lotizado por la urbanizadora "Sol Naciente". Incluso se ha picado el cerro para hacer más lotes, lo que teniendo en cuenta lo deleznables que son las rocas en esa zona, podría traer problemas. Y fue justamente esa característica del terreno sumada a que mi calzado era de suela plana (el día anterior dormí en casa de mi padre y ahí no tengo calzado adecuado para esos terrenos) lo que hizo que descendiera antes de la mitad del trayecto y decidiera regresar. De más está decir que bajar fue más difícil que subir y me demoré buen rato en hacerlo y casi a gatas, porque las rocas cedían al menor contacto. Como mencionan los reportajes de los medios, el terreno es muy difícil. De haberlo sabido ni siquiera hubiera ido.

¿Los medios?

Sí, porque hoy me llamó mi enamorada a primera hora para preguntarme si la expedición al Cerro Colorado donde este domingo se perdieron algunas personas por más de un día, era la misma en que yo estuve. Y sí, esa era, pero lo inadecuado de mi calzado, mis kilos de más y un mal presentimiento hicieron que descendiera mucho antes de la mitad del trayecto. Y de la que me salvé. Hubiera sido mucho más difícil descender desde la cima, de noche, sin linterna y con la niebla que ya empezaba a ser visible desde la mañana. Dios sabe por qué hace las cosas.

Y bueno, los dejo con algunas fotos.

Arco de entrada a "Sol Naciente".

Camino hacia el fondo de la quebrada.

Desde el final del camino.

Aquí se puede ver cómo se sigue aplanando el terreno para hacer más lotes.

Lotización vista desde la ladera del cerro.

Niebla.
La gente subiendo. Nótese lo fregado del terreno.

Cerros aledaños.

Rocas de derrumbe.

Una curiosa "ventana".

La tierra rojiza que le da nombre al cerro.
Restos de conchas desperdigadas por todo el terreno. Muestra de que hace millones de años, esto fue parte del suelo marino.

sábado, 18 de enero de 2014

Vestirse "a lo urbano".

Encontrábame en el parque conversando de la vida con Vanessa, la chiqui del cuerpi más riqui de todo el salón de mi otra universidad. Pero solo el cuerpi, porque en conversaciones de hombres varios llegaron a la conclusión del "doyle pero poniéndole una bolsa de pan en la cabeza, porque si no, no corre". Nada crueles los muchachos.

La cosa es que uno de los chicos sí mostró interés en ella y me dijo que averiguase si el interés era mutuo. Vanessa me dijo que el mozuelo le parecía simpático pero que no le gustaba su manera de vestir. Me sorprendió, porque él se viste con camisas y pantalón "sport elegante" (?) o sea más o menos como yo, mismo cantante de latin pop.

- Es que a mí me gusta que se vistan así, a lo urbano.
- Pero ni que el pata estuviera vestido a lo rural, más urbano que una camisa no creo que haya.
- No pues, urbano. Con su gorrita grande y de costado o hacia atrás, sus pantalones anchos, su polera o casaca ancha y también les cae bien cuando se ponen esos aretitos que parecen perlitas en una sola oreja, ¡ah! y con zapatillas deportivas.
- ¿Y te parece atractivo cuando alguien se pone la capucha de la polera sobre la gorra?
- Claro ¡si está de moda!


Desde ese momento lo confirmé: A lo que todos los demás le llamamos "vestirse como piraña", "vestirse como reggaetonero", "vestirse como el causha" o "guarda con ese pata que te jala el cel", los fans de Radio Moda le llaman "vestirse a lo urbano". Interesante cómo cambian los términos.

Cada sector social e incluso cada grupo de jóvenes que se identifica con tal o cual estilo musical (porque sí, es un estilo musical, por más que algunos vengan con el rollo de que "es un modo de vida" o "es mi cultura") tiene su forma particular de vestirse y hablar. Y no es que sea prejuicioso pero cada vez que veo a alguien muy "urbano", inmediatamente me viene a la mente el pata que me asaltó en tal o cual ocasión y pongo cara de asado, por si las dudas. Cuando ves las noticias y sale un asalto o tal cosa (o cuando pasas por un barrio del cual sabes que vas a salir más pelado que un pollo), hay un mayor porcentaje de vestimenta urbana entre los implicados por sobre vestimenta de otros estilos y eso da que pensar.

Y el estereotipo de la sociedad explica su vestimenta así:

- El que usen gorras o poleras con símbolos de equipos de basket o fútbol americano refuerza la idea de que su manera de actuar tiende a imitar la de la gente de los barrios violentos e inseguros de las periferias urbanas de Estados Unidos. O ya, al menos de parecerse a Daddy Yankee, además de ser más alienados que la patada.

- El que usen zapatillas es porque así pueden salir corriendo después de un robo o correrse de la Policía. Y si son anchas es para que quede espacio para esconder la marimba.

- El que usen pantalones anchos y con hartos bolsillos es para guardar el celular que te quitan o para esconder el spray con el que van a garabatear tu puerta con su sobrenombre, el nombre de su pandilla o la barra brava que integran. Si son shorts, el que sean anormalmente anchos es para que sus huesudas piernas se vean más anchas y fuertes a lo lejos, intimidando al oponente o a la víctima, además de proveer una corriente de aire que elimine olores en sus partes pudorosas.

- El que raramente anden en solitario y generalmente estén en grupo en las esquinas es porque te van a robar algo más que una sonrisa. Y como cultivan la virtud de la cooperación y el compartir, pues qué mejor ocasión para ponerla en práctica que una vez capturado el botín.

Así que aunque nos vengan con wadas del rap, hip hop, reggaetón o con que no es políticamente correcto decirlo, la mente humana funciona más fácil con estereotipos, y estos no siempre son errados, sino que se forman cuando observas que un mismo grupo de personas con iguales características actúa de la misma forma. Y eso es lo que ha pasado con la gente que usa vestimenta urbana.

Así que si tienen hijos, por favor, no los vistan como pequeños pirañas ni los hagan tener a Daddy Yankee como ídolo. Hay cosas mejores en este mundo. Y tampoco se justifiquen por el precio de la ropa, que camisas y polos de talla small o medio se consiguen hasta por 10 soles.

P.D: ¿Por qué a muchas chiquis riquis les gustan los pirañones? ¿Será porque buscan protección y piensan que alguien de ataque las va a proteger del resto hasta usando verduguillo? No sé.

miércoles, 15 de enero de 2014

El pecado de Roberto Carlos y su amada amante.

Mientras Fray Tolerancio encontrábase totalmente desnudo (por el calor) en la redacción del blog, situada en un quinto piso del Cercado de Lima, llególe la noticia de otro religioso acalorado (aunque por causas menos climáticas), esta vez en la blanca Arequipa. Responde al nombre de Roberto Carlos Cartagena Rivera y, al parecer, se tomó muy a pecho el ser tocayo del cantante brasileño pues se consiguió una amada amante.

Que un hombre soltero tenga una relación sentimental de dos años no sería nada sorprendente y mucho menos reprochable, si no fuera porque Roberto Carlos no es cualquier hombre, sino un sacerdote franciscano, cuyo pecado principal quizá fue el no saber hacerla y acudir con su compañera a un hostal bastante céntrico, a cuya salida le fueron tomadas unas fotografías que delataron su amor ante los menos indicados: el arzobispado y la prensa.

El arzobispo Javier del Río, motivado quizá por esa extraña aversión al sexo que parece tener la alta jerarquía católica, cayó en una serie de despropósitos en su declaración, y lo peor es que no parece ser solo su opinión personal, sino estar amparada en el Derecho Canónico.

Fuente: Perú21.pe
Analicemos:

- Si fue un desliz, un rapidín, un chiquitingo, algo de una noche, un desfogue o, usando términos más católicos, "una caída" o un "ceder a la tentación" se le puede perdonar. Pero si se trata de una relación (como después se comprobó que es una relación de dos años) está automáticamente expulsado, es falta grave, etc. Y estos son los mismos líderes religiosos que se la pasan pontificando contra el sexo ocasional y las "relaciones libres" y ven como lo único moralmente aceptable a las relaciones estables (y no estoy en contra de esa creencia: hago hincapié en la incoherencia). Por no decir que este sacerdote tenía una relación con una integrante de su parroquia, católica practicante, y que lo más lógico entre dos personas solteras que pasan mucho tiempo juntas y comparten intereses es que pueda surgir algo más íntimo. ¿Qué más podría favorecer a la iglesia que la unión entre dos católicos comprometidos en estos tiempos de "yugo desigual"? Pero ahí están, contradiciéndose y a punto de expulsar a alguien que quizá (tampoco me consta) haya estado haciendo bien las cosas en su cargo, pero que cometió el "pecado"de enamorarse.

- Se menciona que el Derecho Canónico prohíbe incluso el sentir, y si esto es cierto, aquí es donde los defensores de la ley natural se nos ponen antinaturales. Los sentimientos no se eligen: surgen. No se pueden reprimir y si acaso se intenta hacerlo, esto genera sufrimiento, no libertad y ¿qué cosa más anticristiana puede haber que reprimir el amor espontáneo?

- Que el sacerdote y su compañera digan que estuvieron en el hostal para hablar de una chocolatada puede significar dos cosas: O estaban tan nerviosos que no supieron qué inventar y dijeron cualquier cosa o son tan inocentes que no se dieron cuenta que nadie les iba a creer. Si es lo segundo, pues la inocencia es una virtud cristiana, no la pendejada.

Entre las declaraciones que siguió dando el arzobispo arequipeño estuvo una muy llamativa en la que pidió a las malvadas mujeres que no se ilusionen con los curas. O lo que es lo mismo, prácticamente dijo que los curas son unas mansas palomas asexuadas con imposibilidad de enamorarse o sentirse atraídos por alguien y que nunca tendrán la culpa; la tentación siempre vendrá de afuera (y seguimos con el mensaje de fondo de que "el sexo es malo y no tener sexo te hace superior"). ¿Se puede llegar a decir semejantes despropósitos con tal de limpiarle la cara a una institución que así como tiene cosas muy buenas, tiene también errores? ¿No es mejor aceptar que como toda institución humana tiene necesidad de algunos ajustes que la devuelvan a su espíritu original?

Y todo para no poner sobre el tapete y a debate algo totalmente antinatural, antibíblico y el verdadero origen de todo esto: la institución del celibato.

Contrariamente a lo que muchos católicos de escaso conocimiento creen, el celibato no estuvo vigente desde siempre. Cristo no pidió a nadie ser célibe y si Él lo fue, se debió a obvias razones: no estaba dentro de su misión tener hijos y de haberlos tenido... si ya vemos como anda la gente por las fantasías del judío Dan Brown con su ficción del Código Da Vinci, ya nos podemos imaginar los problemas si tuviéramos verdadera certeza de una línea de descendientes del Hijo de Dios.

Las iglesias ortodoxas no tienen celibato obligatorio porque doctrinalmente han permanecido tal como en el siglo XI, cuando se separaron de la Iglesia Católica, y en esa época si bien existían votos monásticos de castidad (porque la iglesia nunca ha apoyado la homosexualidad y viviendo en comunidades cerradas del mismo sexo no habría otra forma de no ser casto), estos no eran obligatorios sino opcionales para los sacerdotes no monjes. Si bien existieron algunos intentos de regulación de la "continencia" en los concilios de Elvira (siglo IV) y Trullo (año 692), fue en el Concilio de Trento, recién a mediados del siglo XVI cuando el celibato se instituyó en la Iglesia Católica en su forma actual y obligatoria para todo el clero. Las razones no fueron bíblicas y van desde el hecho de que la moral sexual se había relajado terriblemente en el clero, causando escándalo en la sociedad conservadora de la época (y siendo una de las excusas de la Reforma Protestante), hasta el muy económico tema de que si los sacerdotes tenían tierras a su servicio dadas por la iglesia y tenían hijos, estos podrían reclamarlas en herencia, con lo cual la Iglesia tendría cada vez menos propiedades. Y ya sabemos que la Iglesia es todo menos pobre.

Oriente y Occidente tomaron caminos distintos: Mientras en las iglesias ortodoxas incluso se aconseja que los sacerdotes sean casados, para que así puedan saber de lo que hablan en temas de familia y comprender mejor a sus feligreses, la Iglesia Católica adoptó una doctrina falsa, injustificada y antinatural que le ha causado más problemas que virtudes. "Por sus frutos los conocerán" y sus frutos son muy visibles en estos últimos tiempos y no son precisamente dignos de aplauso.

Si supieran cuánta gente tiene pleno deseo de ingresar a la Iglesia y hacer las cosas bien, pero que no pueden porque también desean formar familia y amar fielmente a otra persona.

La base bíblica: Incluso en las Biblias católicas figura en la Carta a Tito 1,6 que los sacerdotes (presbíteros) deben ser casados una sola vez y con hijos creyentes.



Anexos:
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1. En un blog relacionado al grupo católico lefebvrista Fraternidad Sacerdotal San Pío X se menciona que hasta fecha tan reciente como 1929, los sacerdotes católicos de los ritos orientales (es decir, ex ortodoxos) residentes en Estados Unidos podían ser ordenados casados y que si se prohibió esto únicamente en dicho país fue por presión del clero estadounidense y no por argumentos bíblicos o teológicos. Pero les salió el tiro por la culata: muchos prefirieron volver a ser ortodoxos. "Por sus frutos...".


2. Extractos del libro "El celibato sacerdotal: Una perspectiva actual" (1998) de Thomas McGovern, quien a pesar de su postura favorable al celibato no puede dejar de admitir algunas cosas interesantes.
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Página 45: La obligatoriedad del matrimonio de los sacerdotes en los primeros tiempos del cristianismo.
Página 64: Aún en el siglo XII, después de la separación de las iglesias de Occidente y Oriente, si bien con limitaciones cada vez mayores, los sacerdotes seguían teniendo hijos, aunque estos eran impedidos de heredar sus beneficios. Para impedir que quienes los reclamaran fueran sus esposas, se les hacía entrar a la vida conventual. Y para evitar el tener esposas que se opongan... surgió el celibato obligatorio.

domingo, 12 de enero de 2014

La eliminación total de las combis ¿es tan buena como se dice?

En los últimos días se ha estado hablando bastante de que (al fin) la alcaldesa Villarán haría realidad la tan mencionada “reforma del transporte”. Ya que otros proyectos como la remodelación de la playa La Herradura, la Costa Verde Sur o la bandera de su gestión, Vía Parque Rímac, están en nada (las dos primeras están abandonadas) y no serán terminadas en su gobierno municipal, algo quiere dejar para la Historia y no se le ocurrió mejor idea que la eliminación total de las combis, medida que ha sido aplaudida por mucha gente de mente simple y también por su medio de comunicación amigo, o sea Radio Capital.

Hablando de este último, la conductora de cierto programa matutino se pronunciaba totalmente en contra de las combis en su programa de hoy. Pero después de decir que estas son “un terror” para mucha gente, empezó su siguiente frase diciendo “los que manejamos”. Ese es el problema que tienen muchos “líderes de opinión”, políticos y conductores de programas: que no utilizan el servicio y hablan sobre lo que no conocen por experiencia propia. Además, suelen vivir en barrios donde (es cierto) la existencia de las combis es innecesaria y debe ser eliminada. Porque donde verdaderamente se les necesita, al no haber otra forma viable de movilizarse (salvo los mototaxis), es en áreas a dónde ellos jamás irían a ensuciarse los zapatitos.

La existencia de las combis es necesaria en las zonas rurales y semiurbanizadas que aún existen en las periferias de distritos como Carabayllo, Puente Piedra o Lurín. No me imagino un “bus de gran capacidad” entrando por las estrechas pistas o caminos de esos lugares. Además, ya que el transporte es enteramente privado en nuestra ciudad (o sea, las empresas eligen qué hacen y el Estado no debe inmiscuirse “para no espantar a los empresarios”), aunque se hicieran rutas oficiales que abarcaran dichos lugares, las empresas en la práctica no irían siempre hasta ellos, porque no habría la cantidad de pasajeros que encuentran en mitad de la ciudad y sus grandes buses no se llenarían. Es lo que pasa en lugares tan urbanos como Lima Norte o el Callao, donde las muy oficiales líneas de buses y custers cortan sus rutas como quieren si estiman que no hay una cantidad de pasajeros que llene a rebosar sus unidades. Lo único que les interesa es el dinero y si la autoridad no se ocupa de poner inspectores que supervisen el cumplimiento de las rutas (así como a medias lo hacen para verificar que se cumplan los paraderos de Wilson y Tacna), mucha gente se quedará sin tener como movilizarse y eventualmente volverán a aparecer combis informales que llenarán ese vacío. Lo mismo puede decirse de las combis cuya ruta llega hasta los asentamientos humanos ubicados en cerros de nuestra ciudad. ¿Se imaginan a un “bus de gran capacidad” subiendo por los estrechos caminos de tierra y arena de esos lugares? Sencillamente no podrían.

Otro tema es el del horario. Cuando empezó a funcionar el Metropolitano, entre lo acordado se incluía que todas las rutas que “compitieran” con el nuevo servicio de buses deberían ser desviadas. Ajá ¿no que estaba prohibido el monopolio? Se justificaron diciendo que de otra manera el Metropolitano no era económicamente viable, pero ¿cómo no va a ser viable un servicio donde subieron los pasajes, los buses son chinos y tan baratos que se malogran a cada rato y ni siquiera están en funcionamiento todos? ¿un servicio que pregonaba la “comodidad y seguridad” pero que ni siquiera llegó a poner las cámaras en los buses que tanto decían y que llena sus unidades peor que las propias combis? Si las demás rutas hubieran sido efectivamente desviadas, buena parte de Lima Norte se hubiera quedado sin transporte público entre las 10pm y las 5am, porque a los señoritos del Metropolitano no les daba la gana de circular más tarde “porque ya no había tanta gente y no ganaban”. Si esto pasara en las otras rutas de Lima, nos vamos a la mierda todos, así de simple, porque hay rutas donde cuando a los grandes buses legales no les da la gana de seguir circulando, son las combis informales las que salen a atender la demanda en esas rutas. Lo mismo pasa cuando hay paros de transporte (que los va a seguir habiendo ad infinitum y por cualquier cosa): las empresas muy legales no quieren salir a trabajar y como el Estado no tiene buses para poder llevar a, al menos, parte de la gente en esos días (porque el neoliberalismo se encargó de sacar al Estado de la empresa), son las combis informales las que, así sea a sobreprecio, llevan a la gente a trabajar, a estudiar o a donde tengan que ir.

Por lo tanto el tema de las combis no es tan sencillo como parece. Es muy fácil decir que desaparezcan cuando tu ruta habitual es entre San Isidro y Miraflores, sin ir más allá, o si tienes carro o te puedes pagar un taxi, pero sería mucho mejor si se pudieran poner en el lugar de las personas que sí necesitan del servicio porque los lugares donde viven no soportarían el tránsito de unidades más grandes. Deben ser eliminadas sí, de las grandes avenidas y de las carreteras (es inconcebible que transiten, por ejemplo, en plena Panamericana Sur) pero no de otras áreas. Aunque esto último nos plantea un nuevo dilema: los pobladores de esos lugares son los de menos recursos económicos ¿cómo hacemos para que no se incremente su gasto en transporte, si en lugar de tomar una sola combi hasta su destino, ahora tendrían que tomar un bus por las vías principales más una combi al salir de estas? Las cosas no son tan simples como parecen.

Actualización: Hasta hace algunos minutos estaba escuchando el programa "Contra la corriente" en la radio anteriormente mencionada y los conductores (un hombre y una mujer) también hablaban del tema. Un oyente mencionó que a él le convenía que existan las combis porque le cobraban 0.50 por tramos pequeños, mientras que los buses grandes cobran 1.00 así sean solo dos cuadras. Peor aún el caso del Metropolitano que te cobra 2.00. La conductora mencionó que ella toma combi y que el tema económico es muy importante, porque desde que lo único que pasa por la Vía Expresa es el Metropolitano con su tarifa cara, ella prefiere caminar en lugar de pagarla. El conductor le respondió, minimizando, que no podía ser que por lo económico se justificara la existencia de las combis, que son sucias y no tienen seguridad. Bueno señor, el hecho de que a usted le sobre la plata y vaya en su carro propio con olor a Señor Honguito no quiere decir que todos tengamos la misma posibilidad. Además, critica las combis y no al Metropolitano ni a los buses nuevos y grandes, a cuyos vidrios hace tiempo que nadie les pasa un trapo y cuyas argollas están rotas y sus barandas y asientos no están nada limpios, sin mencionar que también han tenido accidentes y en su interior se producen robos.

jueves, 9 de enero de 2014

Conversaciones de verano en Playa Kakita.

Foto idílica, casi de postal, de Playa Villa.
Playa Kakita es un lugar escondido, tranquilo, pero definitivamente no es el lugar al que tú llevarías a veranear (y menos a pescar o sumergirse en el agua) a tu enamorada (al menos no si quieres que tu relación siga mejorando cada día). Es una playa olvidada, pero que conoció tiempos mejores, hasta que un día alguna autoridad decidió que era momento de elegir un lugar donde botar los desechos de la ciudad y lo echó a suertes (Ella Baila Sola style) y la cagó grandemente (literalmente) porque la elegida fue la playa situada a la espalda del Morro Solar (Playa La Chira) y contigua a la playa cuyas imágenes adornan este post. Sí, a la espalda de ese cerro que todas las noches ilumina con su cruz a los pecadores de la Costa Verde. Y así fue como, por ironías de la vida, lo profano empezó a derramarse a espaldas de lo sagrado.

La primera vez que fuí a Playa Villa (que esa es su gracia), acudí con cierto prejuicio por lo arriba mencionado. No, no he ido a bañarme. Pero sí he acudido a sentarme en sus cercanías mientras converso con una buena amiga cuya residencia con vista al mar, está situada a escasos metros del lugar. "Vamos a conversar de la vida a la playa de por mi casa" me dijo por primera vez en una tarde de 2012 y desde entonces hemos ido varias veces. La más reciente fue justamente hoy.

Alguien la pasó muy bien en Año Nuevo y olvidó llevarse su basura.
Y es que Playa Kakita (el nombre que le pusimos en un momento de gran inspiración) es un lugar donde la limpieza la efectúa el mismo mar... y bueno, tampoco es tan limpio. De hecho, junto a la vecina Playa La Encantada, son dos de las pocas playas de Lima Metropolitana que casi siempre están calificadas como "No saludables". Sobre la arena es fácil divisar algunos restos de pirotécnicos de las pasadas fiestas navideñas junto a restos de botellas, zapatos y demás. Según mi amiga, en uno de los extremos siempre llegan camiones a botar desmonte. Pero aún así, pueden verse en la playa varias personas, haciendo ejercicios, corriendo o conversando, mientras las gaviotas pasan siempre en grandes bandadas casi a ras del mar, zambulléndose cuando divisan algo interesante para comer. Por algún motivo no muy difícil de adivinar, dudo seriamente que aquello que buscan con tanto interés sean peces.

Bandadas de gaviotas y nubes bajo las cuales el Sol vuelve a salir un rato, antes de despedirse de nosotros.
Frente a la playa pueden verse un par de pequeños edificios que algún visionario (?) decidió construir pensando que serían un éxito en ventas. ¿Quién no va a querer vivir frente al mar y disfrutar siempre de su fresco aroma? Pero la visión se le extinguió rápidamente, porque los departamentos están ahí, en su mayoría deshabitados. Un guardián cuida por las noches el desolado malecón, mientras de vez en cuando uno o dos barcos son visibles en el horizonte. Así sea verano, es posible que en las noches se sienta el aire frío, ya que su peculiar ubicación a espaldas del Morro Solar origina que la brisa marina sea un poco más notoria que en una playa de Barranco, por ejemplo.

Ya te dieron ganas de ir, lo sé.
Aún así, me cuentan que apenas cae la oscuridad se estacionan algunos carros, aprovechando lo caleta del lugar, y empiezan a moverse solos, agregándole un toque paranormal al ya fantasmal paisaje nocturno de la playa desolada.

Ok, van a esa playa a tirar.

Atardeceres de verano sobre el cristalino mar de Playa Kakita.
En fin, el cordón playero de Playa Kakita (La Chira, Villa y La Encantada, para los entendidos) es uno de esos lugares, digamos, "anómalos" para visitar, pero no corres mayor peligro mientras no te sumerjas en sus aguas (a pesar de que el colector ya no funciona, por lo que me dijeron, pero ya tú sabes, "donde hubo fuego cenizas quedan", y donde hubo guano...). Si permaneces en la orilla puedes observar algunas bonitas puestas de sol, sin miedo a que un "vendedor de Hortelas" te obligue a colaborarle o que un vendedor de caramelos con globos a modo de tetas te malogre el feeling o que haya harta gente y no te dejen concentrarte en tus pensamientos. Mi amiga me dice que ella sí se bañó ahí, varias veces, pero que no hay problema si sólo es en la orilla. La miré y alternativamente miré el mar en el momento justo en que una ola llegaba a la orilla con un muy curioso color marrón verdoso. "Esta playa es la cagada", le dije, como quien halaga el lugar mientras una gaviota pasaba sobre nosotros con un vuelo rápido, característica innegable de las aves marinas que tienen la barriga llena y el corazón contento.

martes, 7 de enero de 2014

Tradicionalistas vs. Modernistas.

(O "de cómo la gente ni se acuerda de Dios por andar preocupado por si el mantel de la misa debe tener flecos o borlas).

El tema de hoy iba a ser otro, digamos, más entretenido, pero la aparición en mi muro de Facebook de una disputa virtual entre Alejandro Bermúdez Rosell (el laico católico peruano estrella de Aciprensa y EWTN) y el padre Antonio Girard, creador de "Conoce tu fe católica", me hizo escribir algo al respecto.

El Papa mandó "armar lío" y vaya que algunos se lo han tomado al pie de la letra. "Gusano", "semi gay"... creo que eso no le gustaría a Francisco, a quien Bermúdez defiende a capa y espada.
"Tu Jesús es un hippie afeminado" o "solo los machos machazos entrarán al Reino de los Cielos" (y de paso, se zurra en la cita bíblica, porque "él sabe más").
El padre Antonio enfrentando al modernismo del "todo vale, incluyamos hasta a Mahoma".
Siempre he criticado a los Testigos de Jehová por su obsesión de "rendir la adoración perfecta", porque creen que si no siguen a pies juntillas lo que dice el "esclavo fiel y discreto" (o sea, sus jefes máximos en Estados Unidos), eres un apóstata y no te salvarás. Pero en los últimos tiempos reparé en conductas igual de extremas dentro del propio catolicismo. Esto no viene desde ahora sino desde, por lo menos, el siglo XIX. En 1870 se promulgó el dogma de la infalibilidad papal o "soy el Papa y hago lo que quiero" y un grupo de católicos lo rechazó, haciéndose llamar "viejos católicos" y actualmente aún existen, aunque en pequeño número, y principalmente en Europa, agrupados en torno a la "Unión de Utretch". Han tenido acercamientos con las iglesias ortodoxas (algo muy lógico, pues son la rama más antigua y original del cristianismo) y también (grave error) con los anglicanos, en una unión antinatural por donde se le mire, pues los que más despropósitos han estado haciendo al cristianismo en las últimas décadas son los de la Iglesia de Inglaterra, que por algo se está quedando sin fieles.

Un segundo gran grupo se distanció del catolicismo en la primera mitad de los 60s, tras el Concilio Vaticano II que introdujo cambios verdaderamente radicales en la misa. Ya no se celebraría más en latín sino en la lengua de la región o país, ya no sería con el sacerdote mirando al altar, ya no se recibiría únicamente la comunión en la boca y de rodillas sino también en la mano, se reconocería que la Iglesia Católica no era la única, sino que habían partes de verdad en las otras iglesias y religiones. Y así es como Juan Pablo II besó el libro que más muertes ha causado en la Historia (o sea el Corán), invitó a hinduistas, budistas y de religiones africanas a celebrar juntos y empezó a llamar "hermanos mayores" a los judíos. Sí, a esos que los católicos siempre llamaron "pérfidos judíos que deben ser convertidos". Demasiado para un católico a la antigua. Y muchos, sacerdotes incluidos, partieron y empezaron a llamar apóstata a la "Roma modernista".

Algunos aceptaron que el que estaba en Roma era en verdad el Papa, pero estaba en error doctrinal. Otros, conocidos como "sedevacantistas", concluyeron que el papado estaba vacante y que quien estaba en Roma era un usurpador. Se formaron distintos grupos como la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, que encontraron fieles en distintos lugares del mundo. Desde Roma los excomulgaron. Su delito: Haber querido entender y celebrar el catolicismo como siempre lo habían hecho.

Y ahora, con el Papa Francisco y su peculiar forma de mostrar el cristianismo (un poco light y para dummies a fin de que todos lo entiendan) estos grupos se han vuelto a poner especialmente activos. De ahí nace el surgimiento de la pelea entre Bermúdez y Girard. El primero defiende a capa y espada que así Francisco diga que la Tierra es plana, es el pontífice infalible y si estás contra él, te pudres. Es más papista que el Papa. El segundo defiende la posición tradicionalista, esa que cree que en el templo todos deben ser unos palos y que bailar es del diablo (para ellos, movimientos como la Renovación Carismática o la sola inclusión de una guitarra en la misa son tremendas herejías, como si en la Biblia no se dijera que David danzó para Dios y le cantó, además del uso de instrumentos festivos en el culto en el Antiguo Testamento). Y ambos se acusan de estar equivocados, no porque uno crea y adore sinceramente a Dios y el otro no, sino por cosas totalmente secundarias y hasta accesorias.

Por el lado de los católicos tradicionalistas sedevacantistas surgió hace algunos años en la ciudad argentina de San Luis, una radio. Se llama Radio Cristiandad y tuvo tanta acogida en la FM que extrañamente fue cerrada por las autoridades. Se sospecha injerencia del clero católico local. Pero las emisiones han continuado por internet junto a un blog que no se calla nada y arremete contra el Papa Francisco tildándolo de todo lo negativo. Que porque abrazó a una monja, que porque dijo que Jesús fingía que se molestaba, que porque dijo que él no es nadie para juzgar a los homosexuales. Y especialmente atacante es el bloguero Osko, que no se calla nada y le da como a su peor enemigo con todo y un poquito de insultos.


Definitivamente él no hubiera escogido a Francisco como "Personaje del año 2013".
Extracto de uno de sus posts.
Pero no creamos que solo la Iglesia Católica Romana tiene estos problemas. En el Oriente del mundo, las iglesias ortodoxas también los han tenido. Aquí el panorama es más complicado. Separemos los grupos:

1. Por un lado tenemos a los ortodoxos veterocalendaristas. Surgieron a inicios del siglo XX, cuando varias iglesias ortodoxas dejaron de utilizar el calendario juliano tradicional para sus usos litúrgicos y empezaron a emplear el gregoriano. Los veterocalendaristas creyeron que Dios se iba a molestar si no se celebraba la Navidad y otras fechas en el día de siempre y ocurrió el cisma. Por supuesto, nadie les hizo recordar que Jesús no nació el 25 de diciembre ni tampoco el 7 de enero, así que si Dios se amargara por esas "inexactitudes"...

Este grupo tiene comunidades grandes en Bulgaria y Rumania. Por otro lado, las iglesias de Rusia, Ucrania y Serbia siguen utilizando oficialmente el calendario juliano. Son especialmente interesantes los sínodos veterocalendaristas de Grecia y dentro de ellos, los conocidos como "Matthewistas" que se consideran los únicos verdaderos ortodoxos y cuyas iglesias son tan "tradicionales" que no usan luz eléctrica ni tienen asientos.

2. Por otro lado tenemos a los ortodoxos veterocreyentes de Rusia. Con el correr de los años (y como es normal en toda iglesia), los usos rituales del cristianismo bizantino se fueron adaptando a la realidad rusa hasta adquirir identidad propia. Pero a finales del siglo XVII, un patriarca decidió "purificar" el ritual y hacerlo "más griego", lo que ocasionó que un gran grupo lo acusara de apóstata (sí, ellos también) y se separara. Los zares los persiguieron y muchas comunidades quedaron sin sacerdote, porque ningún obispo se unió a ellos y no había quién los consagre. Terminaron dividiéndose en dos grandes grupos: Los Popovtsy que siguieron con la misma doctrina, y los Bezpopovtsy, que al quedar sin sacerdotes empezaron a cambiar drásticamente sus creencias, anulando incluso la Eucaristía. Este último grupo terminó dividiéndose en otros grupos más pequeños: Los Pomortsy, los Fedoseyanos, los Filippianos, etc, cada uno con diferencias doctrinales y diciendo ser los verdaderos creyentes.

3. Siguiendo con Rusia, tenemos también a la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio, la Iglesia Ortodoxa Rusa en las Catacumbas y la Iglesia Ortodoxa Rusa Libre, que se separaron de la Iglesia Ortodoxa Rusa como consecuencia de la Revolución Bolchevique que transformó a Rusia en la Unión Soviética, con las limitaciones y vejaciones a las que fue sometido el cristianismo en esos años. Los integrantes de estas agrupaciones consideraron que la Iglesia Ortodoxa oficial había apostatado al colaborar con el régimen comunista en lugar de denunciarlo. Se olvidaron de que, probablemente, si muchos de ellos se hallaban en el extranjero era porque si mostraban su desacuerdo con el gobierno soviético terminaban muertos. Aún después de la caída de la URSS, no todos se han reconciliado con la Iglesia Ortodoxa Rusa, acusándola de modernista, porque supuestamente ha asumido actitudes ecuménicas.

En fin.

Todo esto se puede resumir como la historia de la pérdida del norte en la vida del cristiano. Las iglesias, los sacerdotes y aún los propios creyentes se pelean entre sí y se dividen más por la forma que por el fondo. Un fondo que quizá nunca tengan en cuenta. En lugar de profundizar en el amor cristiano y en las creencias que nos son comunes a todos los grupos de cristianos, se creen en posesión de la única verdad y la salvación por... ¿usar un calendario u otro? ¿defender a ultranza las ideas de un pontífice u obispo por sobre, incluso, la propia capacidad de crítica y reflexión o la propia Biblia? ¿hacer el culto mirando al público o mirando a una imagen? ¿decir las cosas en latín y no en español, como si una lengua fuera superior a la otra? ¿se acuerdan que los que crucificaron a Cristo hablaban en ese idioma? ¿tanta diferencia hace rendirle culto a Dios siguiendo formas antiguas, modernas o lo que nos dicte nuestro corazón en un momento de adoración privada o grupal?

No, algo no está bien ahí. La gente se complica por las puras y se pelea por cualquier cosa y eso no es el espíritu de la religión que dicen profesar. De hecho, el verdadero espíritu del cristianismo quizá ni les interese.