Digamos que entre mis amigos tengo fama de tener "estómago de hierro". Como casi en cualquier lugar y hago mezclas imposibles de alimentos y bebidas. De adolescente y hasta hace un par de años era aún más salvaje, hasta que mi cuerpo perdió su equilibrio y me empecé a inflar como un globo (no cargado de helio sino de otros gases) y subí más de 20 kilos. Actualmente me estoy estabilizando en cuanto a peso, pero supongo que, a menos que me haga una liposucción, mi vientre no volverá a estar totalmente plano nunca más.
Pero además de la subida de peso, otras cosas empezaron a fallar (aunque después) y es que ocasionalmente sí hay cosas que empiezan a caerme mal, pero mi cuerpo reacciona a tiempo y logra vencer el desajuste, aunque con ciertas ayuditas.
En mi familia no hay cultura de prevención y ni siquiera de ir al médico cuando estamos un poco mal. Hay la cultura del "aguántate" o el "pregúntale al farmacéutico qué te puede calmar ese dolor" y automedicarse. Por eso es que muchos de mis parientes han terminado en el hospital solo para dar sus últimos respiros o para salvarse de la pelona por muy poco y quedar con secuelas por el resto de sus vidas.
En otras palabras: nadie en mi familia va al doctor por un "simple dolor de estómago" y yo tampoco suelo hacerlo (soy un irresponsable, lo sé, y sé que quizá me termine lamentando), aunque en mi caso he aprendido a curar mis eventuales desajustes gástricos tomando tocosh. Es muy efectivo y me ha calmado muchas veces, pasado lo cual, la sigo con salchipapas, ceviches y gaseosa helada a discresión.
Pero en ocasiones no viene la señora de la mazamorra de tocosh o me da flojera ir hasta Gamarra a comprar unas botellas de suero de dicho elemento. Y es ahí cuando comprobé una leyenda urbana.
Dicen por ahí que la Coca Cola se inició como un remedio para los problemas gástricos, pero que fue un fracaso en ventas y por ello terminó convertida en gaseosa. De esta bebida también dicen que sirve para sacarle brillo a los aros de las llantas, así que no sé, pero lo que puedo decir es que a mí sí me calma. Lo mismo la Pepsi. No sé qué tienen o si será una suerte de efecto placebo, pero me calman bastante y veo en la web que a muchos otros les pasa igual. Así que por más que digan que es una leyenda, ahora lo sé: he estado tomando remedio para el estómago toda la vida y recién caigo en la cuenta y ha de ser en parte por eso que mi estómago es de hierro (y que el azúcar en mi sangre anda un tanto elevada, porque nada es perfecto).
visitar al medico debes! de inmediato!
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